En ellos, la industria aplica una rebaja sustancial del precio de la remolacha al eliminar toda referencia a la escala de conversión utilizada históricamente, que mejoraba el precio en función de la calidad del producto para primar la remolacha con mayor cantidad de azúcar sobre la estándar o tipo (16º riqueza).
A partir de la próxima campaña, cuyas siembras están a punto de comenzar, Azucarera apuesta por la transformación de la calidad de azúcar en cantidad o volumen de producto, pagando todas las toneladas estándar al mismo precio; antes el volumen entregado permanecía constante y se primaba la riqueza en el precio, compensando con un mejor valor cuanta mayor calidad tenía la remolacha.
En la práctica, este cambio supone que se reducirán de media un 3 por ciento los ingresos percibidos por el agricultor, y en algunos casos puede suponer hasta un 6 por ciento, para aquellos remolacheros que tengan 19º de riqueza. En cifras globales, ese recorte significaría, en una campaña como la del año pasado, que el sector recibiría sobre un millón de euros menos, unas pérdidas que hay que sumar al continuo recorte de precios que lleva ya varias campañas soportando los remolacheros de Azucarera.
Desde ASAJA dicen que este “contrato” -que en ningún modo es negociado por las partes, solo asumido por el cultivador- ejemplifica el modo de proceder de AB Azucarera de los últimos tiempos, en su decisión de saltarse el sistema de negociación con acuerdos marcos interprofesionales vigente durante décadas, y actuando con una total falta de transparencia en perjuicio de los remolacheros.