Con una eucaristía que presidía el arzobispo metropolitano de Oviedo, Jesús Sanz, en la Basílica de San Isidoro se cerraba esta semana una nueva edición del ‘Encuentro bienal de obispos, vicarios y arciprestes’ de la Provincia Eclesiástica de Oviedo que se ha desarrollado en la Colegiata isidoriana de la capital leonesa desde el pasado domingo. Han sido cuatro jornadas de oración y reflexión compartida en torno al tema ‘Entre la ilusión ilusa y el realismo esperanzado. La acedia como problema antropológico y espiritual en el sacerdote’ que además han contado con la participación de los responsables y delegados para el clero de cada una de las cuatro diócesis que integran la Provincia Eclesiástica, Oviedo como sede metropolitana y León, Astorga y Santander como sedes sufragáneas.
Al concluir el encuentro el arzobispo Jesús Sanz ha remarcado que la reflexión conjunta de este encuentro ha tenido en el centro la realidad de los presbiterios diocesanos y de los candidatos al ministerio ordenado que integran las comunidades de los respectivos seminarios y ha profundizado en ese concepto de “la acedia, ese desmoronamiento, derrumbamiento, que te desencanta, que te entristece y que te adocena. Y es cierto que hay una quemazón que nos espolea precisamente para poner bálsamo en nuestras heridas, en nuestras situaciones complicadas, sabiendo que Dios está de la parte de su pueblo, del que nosotros formamos parte. Y la acedia se cura con el entusiasmo de la aventura de saberte acompañado por un Dios que nunca defrauda, y todo lo que nos permita sacudirnos las acedias culturales, las acedias políticas, las acedias ambientales de esta generación, para nosotros decir con sencillez que tenemos una buena noticia, que somos los primeros receptores, pero que no nos quedamos con ella, sino que la compartimos para edificar la sociedad y para que la ciudad, como dice el libro de los Hechos, se llene de alegría”.
Para abordar el tema de este encuentro de Provincia Eclesiástica, de manera especial las dimensiones de la espiritualidad sacerdotal, se han desarrollado sesiones de trabajo en torno al perfil de los jóvenes seminaristas, los sacerdotes “que deben abrazar desde su espiritualidad la vida por entero, con la Palabra de Dios, los sacramentos y la vivencia del ministerio dando la vida por el rebaño que la Iglesia pone en nuestras manos”, en una “época de muchos sobresaltos en la que las ideologías culturales, políticas o mediáticas que pueden llegar a condicionar el ejercicio del ministerio, para con fe y con razones dar el testimonio de nuestra esperanza”, señaló el arzobispo Jesús Sanz.
Estos enfoques se fueron desarrollando en torno a las cuatro ponencias de de este encuentro como la que pronunciaba el lunes en la apertura la psicóloga y orientadora de los seminarios de Toledo y Oviedo, Teresa Ortega Rodríguez, quien abordaba el tema “Sobre el perfil de los seminaristas y la generación sacerdotal joven. Las intemperies que rodean el ministerio sacerdotal en la actualidad”, y que se completaba con otra ponencia a cargo del teólogo y profesor del Instituto Teológico San Ildefonso de Toledo, Félix del Valle Carrasquilla, “Cuando la espiritualidad no abraza la vida. Crisis real y renovación deseable”, en la que se abordó la dimensión psicológica y espiritual del ministerio sacerdotal. Ayer era el obispo de Solsona, Francisco Conesa Ferrer, también presidente de la Comisión Episcopal para la Doctrina de la Fe y coordinador del equipo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) responsable de la aplicación del Sínodo de la sinodalidad, el encargado de ofrecer una reflexión en torno al tema “El reduccionismo cultural. Del pensamiento débil a la frivolidad envolvente”, con una llamada a la formación y al diálogo con la sociedad, que se completó con la experiencia real del sacerdote y profesor de la Universidad de San Dámaso (Madrid), José Manuel Horcajo Lucas, que abordó el tema “El desafío pastoral ente el cansancio de los sacerdotes: de la eficacia pretenciosa a la humilde fecundidad”.