responsables entre otros de los recientes y exitosos estrenos Tenéis que venir a verla y Quién lo impide.
Con ‘Las chicas están bien’, Itsaso Arana da un paso más asumiendo la dirección cinematográfica de su propio guion cuyo rodaje ha tenido lugar en el antiguo molino del siglo XVII situado en Nistal de la Vega (León), convertido en un personaje más de la película. Se trata del Viejo Molino Cela, ubicado en Nistal (municipio de San Justo de la Vega), que no sólo ha sido molino sino también banco, central eléctrica y establecimiento hostelero.
‘Las chicas están bien’ es una película con una obra de teatro dentro, pero es también un cuento de verano. La historia de un hechizo. Con princesas, sapos, ríos, cartas y hasta un príncipe despistado. Cuatro actrices y una escritora pasan una semana de verano en un antiguo molino para ensayar una obra de teatro. Durante esos días, las chicas se irán conociendo y midiendo a través de los materiales que plantea la obra, y aportarán sus propias vivencias alrededor de los temas de sus personajes; el amor, la belleza, la orfandad, la fe, la amistad, la actuación, la muerte.
En palabras de su directora, “la película habla de cómo los cuentos y los relatos femeninos nos han conformado y nos han dañado también. Pero sobre todo, es una película sobre el amor. El amor a un oficio alquímico y antiguo como la actuación, el amor entre mujeres, el amor al contar y al escuchar. La hemos filmado desde la convicción de que compartirnos nos hace mejores.”
Las chicas están bien es también una producción sensible con el respeto al medio ambiente, por lo que el rodaje ha contado con el asesoramiento de Creast, empresa española pionera en la medición y reducción de la huella de carbono en el sector audiovisual.
Producida por LOS ILUSOS FILMS, Las chicas están bien se acaba de estrenar en salas el 25 de agosto y llegará después a la plataforma Filmin, que ha adquirido los derechos VOD en exclusiva.