El sentido de la Navidad nace de la sencillez, de la ilusión y del deseo de celebrar juntos. Y eso justo es lo que el pueblo de Barrientos ha querido representar estas navidades, sencillez, ilusión y unión.
Durante todo el año, varias mujeres, han estado tejiendo día y noche en casa, incluso en las calurosas tardes de verano en las frías noches de invierno, compaginándolo con actividades y el campo, para poder hacer los adornos más bonitos para su querido pueblo, Barrientos.
Paseando cerca de la iglesia del pueblo, podemos encontrarnos un precioso belén hecho con troncos de árboles, ganchillo y otros tantos materiales. Las campanas que adornan el lugar y los regalos, hechos a mano, que lleva cada Rey Mago al portal, hacen de la escena algo precioso. Destacamos que aún no veremos al niño Jesús en su cuna hasta el mismo día de Nochebuena, día en el que también podremos contemplarlo. Un paseo por todo ese alrededor nos lleva a ver un precioso y gigante abeto decorado, pequeños elfos que nos sorprenden entre los árboles e incluso la gallina y el gallo se han arreglado para la ocasión. Un muñeco de nieve hecho con neumáticos y la casa del ratoncito Pérez en el parque, adornan el escenario. Continúan los adornos desde la iglesia hasta el alrededor del molino.
No faltan este año las luces solares y sostenibles, colocadas en diferentes puntos de la zona.
Y es que el latido de la Navidad no son las cosas grandes ni artificiales, sino lo que nace de dentro, del sentimiento de unión e ilusión, como el que se tiene allí, en Barrientos.