En ese sentido, el último informe de Cáritas destaca que en estos momentos la situación humanitaria es especialmente crítica en las regiones de Kiev, Odessa y Zaporizhzhya. En estas zonas, más de 60 centros de Cáritas y parroquias trabajan reconvirtiendo centros de atención social en lugares de atención a desplazados internos que huyen del conflicto dirigiéndose hacia las fronteras. Los esfuerzos se centran también en el este del país, donde existen contingentes de personas atrapadas sin posibilidad de huir.
Desde el inicio del conflicto, Cáritas ha atendido a más de 352.000 personas en centros que ofrecen alojamiento, aseo, comida y agua. También hay una red de psicólogos que ayudan a estas personas en sus situaciones personales de estrés. Los equipos humanos de la entidad reparten información actualizada, comida caliente, agua y kits de higiene básica y se encargan de organizar transportes seguros para las personas y refugios para los que no tengan otra opción.
Al respecto, fuentes de la entidad hicieron un nuevo llamamiento a la población para que aporte la ayuda económica necesaria para mantener la atención en la zona. “Este dinero garantizamos que llega directamente a los afectados por la invasión de Ucrania gracias a la red internacional de Cáritas, que trabaja sobre el terreno ayudando a los más desprotegidos”, recalcaron.