La marcha se inició con una concentración de vehículos en el entorno del estadio de fútbol para continuar por el centro de la ciudad, acompañada del sonido de las bocinas, hasta llegar a la Subdelegación del Gobierno, donde tuvo lugar la entrega de un manifiesto en el apuntan que “debido a la pasividad de los sindicatos agrarios a la hora de trasladar sus problemas” los ganaderos y agricultores se ven obligados a agruparse “independientemente de cualquier organización, para luchar y ser escuchados ante la nueva PAC y las leyes aprobadas para el cumplimiento de la Agenda 2030”.
“Hasta que nos escuche el Ministerio de Agricultura, que es el que nos representa y traslade nuestro malestar a la Comisión Europea y ministerios pertinentes, para derogar o rebajar las leyes y reformas que están hundiendo al sector primario y despoblando nuestro mundo rural”, recoge el texto que recibió el subdelegado, Faustino Sánchez, con el anuncio de que el martes 6 de febrero re reanudan las protestas, antes de reanudar la marcha en dirección a la Delegación Territorial de la Junta.
Entre las peticiones que plantean está la derogación de la Ley de Bienestar Animal, claridad en el etiquetado con los países de procedencia de los productos y precio en origen y final, imposición de aranceles a la entrada de productos extracomunitarios, rebaja de la carga burocrática y derogación de la Agenda 2030.
El sonoro recorrido de los tractores, en todo momento alentados por las bocinas, estuvo secundado por numerosas personas a pie en una marcha completada con pancartas y carteles reivindicativos con mensajes como ‘Nuestro fin será vuestra hambre’, ‘El campo despierta. Precios justos ya’ o ‘El campo no se vende. Se defiende’.
El reproche a la ausencia de las organizaciones agrarias fue constante durante la jornada de protesta. Numerosas voces expresaron públicamente su decepción o enfado por no recibir un apoyo en mayor o menor medida de los sindicatos a los que muchos pertenecen y algunos invitaron a devolver esa falta de respaldo con bajas por parte de los asociados. “Parece que se la pela. No hay apoyo de ningún sindicato… si no nos movemos nosotros”, lamentó un manifestante.
“La gente está cansada. Te dicen lo que tienes que sembrar y hay veces que no se puede”, comentó uno de los presentes. Carmen, agricultora de Villlavante, reclamó “poder sembrar lo que se quiere y que lo que se produce tenga valor” y comentó que la bajada en el precio del maíz le va a suponer cuantiosas pérdidas este año.
También recalcaron que no consideran justo que se importen productos de otros países cuando se producen en España y que incluso cuenten con ventajas competitivas. “Todo sube y se gana nada. Hay que protestar”, recalcó Lorena, hija de un agricultor del Páramo leonés durante una manifestación en la que no faltaron banderas de León y de España.