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El Paraninfo de las Escuelas Mayores de la Universidad de Salamanca acogió en la mañana de este lunes la investidura como nuevos doctores honoris causa del poeta Antonio Colinas, destacado por su “dilatada trayectoria literaria y la relevancia de sus galardones” como el Premio Nacional de Literatura (1982) y el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana (2016), y de la científica Margaret Murnane, por la “innovación, impacto y transversalidad” de su trabajo, en el que integró la tecnología láser como elemento transformador en diversos campos.
Durante la solemne ceremonia, celebrada en latín y presidida por el rector de la Usal, Ricardo Rivero, los doctores honoris causa estuvieron acompañados por sus padrinos, María Ángeles Pérez López y Carlos Hernández García. Además, entre otras personalidades, asistió al acto la delegada del Gobierno en Castilla y León, Virginia Barcones, y el consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la Junta, Gonzalo Santonja.
Durante el acto, el rector Ricardo Rivero destacó la importancia del evento, que fusiona el reconocimiento de las dos culturas clásicas de la Universidad, “las Ciencias y las Humanidades, hoy hermanadas en sus dos luminosos azules, con el cielo de igual color, azul, de Salamanca”. Este es el “sentido profundo del lugar del saber en el que nos encontramos, cultiva a mujeres y a hombres para comprender y para explicar también la realidad”, continuó Rivero, quien recordó también que “la dedicación al conocimiento es “la seña de identidad de nuestra comunidad universitaria, integrada por personas cuya vida consiste en leer, analizar el mundo y al ser humano”.
Por su parte, Barcones mostró ante los medios de comunicación su disposición por acompañar a Antonio Colinas, natural de la localidad leonesa de La Bañeza, como un “orgullo de nuestra tierra”. “Una tierra que es grande, que da gente grande, que representa un orgullo en esta Universidad y que es todo un emblema de nuestra Comunidad Autónoma”, declaró. Así, trasladó su enhorabuena a Murnane, pero apoyó de una “manera muy especial” a Antonio Colinas, sintiéndose “orgullosa de lo que nuestra tierra es capaz de dar”.
Antonio Colinas
El poeta Antonio Colistas estuvo acompañado por la profesora María Ángeles Pérez López, quien le consideró en su defensa de la candidatura como “uno de los más grandes poetas españoles del presente”, y que cuenta con una “honda cultura e implicación con los valores humanísticos que defienden la Usal”.
Colinas es, a día de hoy, uno de los autores con más obra publicada y más completa, con más de 50 años dedicados a la traducción, al periodismo literario y de opinión, además de su relevancia dentro de la poesía y la literatura. Sus libros alcanzan en la actualidad, en primera edición, el centenar de títulos, y su obra ha sido traducida a varios idiomas y, en torno a su figura, se han realizado una veintena de tesis doctorales en diversas universidades del mundo.
Durante su discurso, el poeta bañezano relató una semblanza de su vida, ofreciendo una visión desde sus años de juventud hasta el poeta actual. Mostrando la contemplación “como el elemento clave que le acompañará en su largo viaje en el tiempo hacia sí mismo”, que le permitirá tornar en poesía a una “voz que no se oía, pero que se sentía en el interior”.
El valor de una contemplación que recogerá en cada uno de sus acercamientos a las obras, clásicas y modernas, a diferentes autores, poetas y filósofos, europeos, americanos y orientales, con una “sed de cultura viva” propia de la Generación de los 70, a la que pertenece, que se tradujo en un vínculo con la Usal. “Que estas aulas sigan siendo espacio de cultura viva, desde aquí propagada y aquí eternizada. Y desde la creatividad y la investigación fértiles. También los de la palabra inspirada-respirada de los poetas, la poesía como fenómeno que acompaña a los seres humanos desde los orígenes”, matizó.
“El día que no hubiera poesía, querría decir que el ser humano habría dejado de ser humano”, afirmó Colinas ante los medios de comunicación al inicio del solemne acto. “Porque la poesía primordial siempre está en los grandes problemas del ser. Y ahí, de ese lado testimonial, esa palabra contracorriente que es la poesía”, continuó al hablar de este arte.
Si tuviera que hacer una recomendación a los políticos, el nuevo honoris causa de la Usal recordó un poema sobre un “problema tan duro” como las pateras y los muertos en el Mediterráneo. “Doy una solución poética y salomónica y es que a todas estas personas que huyen, que buscan bienestar, hay que asegurarles ese bienestar en origen, en su tierra, que llevemos allí los pozos, que llevemos el agua, que llevemos los cultivos, que llevemos granados, es decir, buscar esta armonía que no suponga una huida y un peligro para la vida”.