A comienzos de la década de los 90s, los hermanos Pedro y Manolo Ortega montaron “El Paraíso”, un espacio creativo que funcionó durante varios años y que supuso un punto de luz y esperanza en uno de los barrios más duros y asfixiantes de la periferia obrera de León.
Pedro había estudiado en la escuela de hostelería de Santander y al volver a la ciudad, montó el bar “Montañés”, en la Plaza de Santo Martino. Manolo, además de tocar el bajo en distintas formaciones locales (Atrevidos, Positivos, Los del Piso…) era el responsable del “Platón”, mítico garito de conciertos y efluvios nocturnos del centro de la capital. El Paraíso, sito en la Avenida de Párroco Pablo Diez (ya en Trobajo del Camino) nació como bar/restaurante y lugar de alojamiento para visitantes del barrio ferroviario y grupos de rock de paso por León. Un par de meses después de la apertura, los Ortega empezaron a programar actuaciones musicales, y la lista no tiene desperdicio. Bandas venidas de todos los rincones del país: Crónicos (Bilbao), La Ruta y Los Buges (Asturias), Mitocondrias (Orense), R. C. Druids (Valencia), Manolo Kabezabolo (Zaragoza)…
También algún grupo italiano y los franceses Dum Dum Boys pisaron el pequeño escenario del Paraíso. Conjuntos locales se foguearon ante un público cada vez más numeroso: Salamanders, Los del Piso… En El Paraíso tuvo lugar la primera actuación de Búffalo, una de las más importantes bandas de rock que ha tenido esta ciudad. The Crépitos llegaron a grabar un videoclip en sus instalaciones, reconvertidas en hospital psiquiátrico para la canción “Girl on the radio” (el vídeo se puede ver en Youtube, muchos de los asiduos actúan en la cinta). Y además de sala de conciertos, el mítico Paraíso funcionó como galería de exposiciones, acogiendo muestras de artistas leoneses. Cabe recordar la colección de grabados de Fernando Ampudia, los collages de Alfonso “El Seta”, la muestra de pintura de Víctor Portugués y, muy especialmente, la primera vez que el hoy en día reconocido ilustrador Mik Baro expuso sus trabajos.
El Paraíso cerró a mediados de los noventa y, desde entonces, el edificio fue experimentando una silenciosa decadencia mientras el precioso letrero de estética Bauhaus permanecía anclado en una fachada cada vez más deteriorada.
Alex Cooper siempre estuvo enamorado de ese cartel, cada vez que paseaba por el barrio se fijaba en la tipografía y en cómo las letras plantaban cara al paso del tiempo. Pero, un día, descubrió que había desaparecido. Tras contactar con el Ayuntamiento de San Andrés y seguir un par de pistas falsas, el letrero apareció semiabandonado en los almacenes del taller mecánico Cecar, nuevos propietarios del antiguo edificio cultural. Los responsables de Cecar amablemente cedieron el año pasado la pieza a la Fundación Club 45 para una futura recuperación. Trasladado a la carpintería metálica de Félix Blanco e hijos, en Oteruelo, el letrero ha sido restaurado e instalado en el jardín de la sede de la Fundación en Santa Colomba de Somoza, disfrutando a partir de ahora de una segunda vida y bautizando con un flamante nuevo nombre este rincón de la Maragatería.
Para celebrar la recuperación del histórico letrero y su nueva ubicación, la Fundación Club 45 propone para este Domingo 23 de febrero una divertida fiesta en la que Los Positivos (con Manolo Ortega a la cabeza) darán una actuación dividida en dos pases, Juancho Lizard (Salamanders, The Crépitos, Bummer) se encargará de la música enlatada y Dr. Hofmann 27 (un viejo cliente que no olvida los tercios y el futbolín del Paraíso) nos ofrecerá un pop up con exposición y venta de camisetas, pegatinas, cuadros e ilustraciones de su catálogo subterráneo.