Comisariada conjuntamente por Carlos Álvarez y Cuqui Canseco, la exposición abrió sus puertas el sábado, día 20, en la Casa del Concejo de Villamejil, y cerrará el próximo día 27. Se puede ver por las tardes, de 19,00 a 21 horas.
…Y de repente, aparecieron los pañuelos, las collaradas, los trajes de cristianar, los de boda, los manteos, las sayas, mandiles, las ricas colchas, la ropa de fiesta y la de labor, las faltriqueras y hasta los raros monederos de hombre, de brillantes colores. Todo un mundo escondido en las viejas arcas de madera, que Carlos Álvarez mostró y explicó en la ponencia inaugural de este evento, programado por la Asociación Rey Ordoño I, con objeto de potenciar los esfuerzos que se están haciendo en la comarca para recuperar tradiciones que aún están en la amplia memoria de los mayores.
La muestra ha sido elaborada con mimo. Se nota hasta en el olor de la sala, donde se mezcla el aroma de las ropas, el de las mieses maduras y de los brezos y las lavandas cortadas para enmarcar el ámbito expositivo.
En el centro de la sala están los maniquíes. Al fondo, la pareja de novios, con sus ropas de antaño, en las que priman los tonos oscuros… y ante ellos mujeres labradoras, mujeres de fiesta, madres con niños en brazos, siempre ropas de indudable belleza.
A un lado, un expositor alargado nos revela una rica variedad de elementos de gran interés, desde las alhajas a los primorosos gorritos de cristianar.
Rodeando todo ello, una magnífica colección fotográfica y de arte pictórico. La primera sección está dedicada a los trajes regionales de la España de la primera mitad del siglo XX, inmortalizados por la cámara fotográfica de José Ortiz Echague, a quien la revista American Photography consideraba como uno de los tres mejores fotógrafos del mundo hace cien años, y cuyas fotos se mostraron en lugares lejanos de Europa o América.
Luego aparece un ámbito de arte enfocado hacia el territorio leonés, abierto con sendos óleos, un maragato y una cepedana, debidos a Benito Escarpizo. En este ámbito se halla también la reproducción del cuadro Aldeanos leoneses, de Joaquín Sorolla, pintado hace más de un siglo, y que se halla en la Hispanic Society de Nueva York.
También aparecen otros cuadros centrados en las vestimentas de Aliste, una de las de mayor tradición etnográfica del reino de León y cuya vestimenta es marcadamente cercana a la de la Cabrera y de la Cepeda. En este ámbito hay reproducciones de obras de Ricardo Segundo y de Bueno Echevarría. No faltan los Aldeanos de la Bañeza, inspirado en un grabado de 1875, recogido en la Ilustración Española y Americana, o el Maragato con su carga de castañas, del grabador Gustavo Doré.
Finalmente, una selección de fotografías cepedanas. Unas son recientes, de las colecciones de Manuel Menéndez, de Paco Panero y de integrantes del grupo L´Arrinca cepedana. Junto a ellas, otra selección de antiguas fotografías de la colección La Cepeda en Blanco y Negro, donde aparecen personas de toda la comarca, que nos testifican esas vestimentas tradicionales que se pueden contemplar en los maniquís de la muestra.
Abrió la presentación inaugural Saturio Aller, presidente de la Asociación Cultural Rey Ordoño I. Carlos Álvarez describió las particularidades de la vestimenta, en tanto que Tomás Álvarez se refirió al capítulo artístico y fotográfico. En sus intervenciones hubo palabras de agradecimiento para las personas e instituciones que han hecho posible este reencuentro con la etnografía cepedana.
Finalmente, Saturio Aller, entregó sendas distinciones a Carlos Álvarez, por su tarea en la recuperación, enseñanza y difusión de las tradiciones Cepedanas, y a Cuqui Canseco, quien ha sido esencial en el montaje de esta exposición que ya es un hito en este ámbito de la etnografía de la comarca. La distinción es una terracota con la imagen de Atenea Nike, diosa griega de la victoria, realizada por la artista Marta Rivera.
El evento fue seguido por numerosísimas personas, algunas de ellas desde fuera de la sala, dada la gran asistencia. Terminó con un aperitivo en honor de los participantes en la muestra. Tanto en la propia sala como en la pequeña explanada de la Casa del Concejo, no faltaron las canciones, y los sonidos de las panderetas de l´Arrinca cepedana y de la gaita de Jose Luis Alvarez. Junto a todo ello, los bailes y la presencia alegre y colorista de mujeres ataviadas con las ricas vestimentas que portaron nuestros ancestros.