La misionera Carmen Morales, con una experiencia de más de 30 años en África, está compartiendo en la diócesis la campaña de Manos Unidas. Este viernes ha participado en un encuentro con la prensa y con los niños y niñas de los colegios de Astorga a quienes ha animado “a ser símbolos del cambio para frenar la desigualdad”.

Morales ha explicado que hay muchas formas de ayudas, con una aportación económica, con tiempo, asociándote e incluso dando a me gusta en las redes sociales para conocer y participar en los proyectos de Manos Unidas.

En sus años en África, esta misionera ha recordado que se han puesto en marcha muchos proyectos, como un centro para la promoción y autoestima de la mujer, la reparación de techos en un colegio, la construcción de un pozo e incluso la puesta en marcha de un comercio local de plantas medicinales que ahora regentan las propias mujeres de la zona.

Esta tarde a las 19.00 horas hay misa y chocolate solidario en Puerta de Rey y este domingo, 12 de febrero, la Jornada Mundial de Manos Unidas se celebra en la diócesis con una misa en la Catedral, a las 12.00 horas, presidida por el obispo, Don Jesús.

La Delegación diocesana de Manos Unidas de Astorga ya tiene dos nuevos proyectos asignados en África dentro de la Campaña contra el Hambre 2023. Una campaña que lleva por lema ‘Frenar la desigualdad está en tus manos.

Por un lado, se pretende mejorar la calidad de vida en el centro Akwaba de los Hermanos de la Salle en un barrio marginal de Abidjan, Costa de Marfil, con una inversión de 49.500 euros, donde tratan de ayudar a los niños de la calle de entre 7 y 17 años con un hogar con capacidad para 60 personas y una escuela de primaria para 160 alumnos, además de cuidados médicos y psicológicos. También realizan talleres de artesanía y alfabetización para mujeres. En este caso, los Hermanos de La Salle solicitan la colaboración de Manos Unidas para la rehabilitación y equipamiento de la cocina y el comedor del centro. Los beneficiarios serán 75 niños (60 internos más otros 10 del barrio con necesidad de apoyo alimentario) que colaborarán en la limpieza del recinto, e indirectamente a los 160 niños de la escuela, a los 20 aprendices, 60 mujeres de los cursos de alfabetización, educadores y monitores y el resto del barrio (unas 2.000 personas).

Y por otro, el proyecto de acceso al agua potable en la zona rural de Mbwindi, en la Diócesis de Chipata, Zambia, frontera con Malawi, donde apenas vive el 13% de la población del país, costará 42.396 euros. Sus habitantes se dedican a la agricultura con medios muy rudimentarios y el 70% de las actividades agrícolas las realizan las mujeres. Las decisiones las toman los hombres y la violencia de género está muy extendida. Además, las escuelas y hospitales están a largas distancias, no hay transporte y la falta de agua potable provoca que la diarrea y otras enfermedades se hayan convertido en muy comunes, con un incremento de la mortalidad infantil. En este contexto, el Obispado de Chipata viene solicitando la colaboración de Manos Unidas para perforar 10 pozos que contarán con bombas manuales en las comunidades más afectadas. Beneficiarán a 8.500 personas que aportarán los terrenos, los materiales y el trabajo para construir las vallas de protección y los costes de manutención y estancia de los equipos de perforación.