El instrumento actual, la ordenanza con la que se cobra la tasa, resulta insuficiente y es por eso que se precisa de una herramienta que regule y ordene. “Las terrazas contribuyen a crear una imagen de ciudad y deben ser compatible con otros usos de la vía pública, los peatones, el descanso de los vecinos o el trágico rodado”, han señalado los responsables del texto, además de cumplir con unos requisitos estéticos.
De la Iglesia ha precisado que el objetivo de esta ordenanza es establecer el marco jurídico y que cualquier elemento que se sitúe en la vía pública por el comercio o la hostelería deberá ser registrado y autorizado por el ayuntamiento. “Una ordenanza para la hostelería y que se hace extensivo a todos los comercios que quieran instalar algo en la calle, todos deben pedir autorización”, ha recalcado Mar Castro.
En cuanto a las características de la ordenanza se regulan todos los elementos que forman parte de las terrazas, las distancias con las aceras y la ocupación máxima en función del número de sillas y mesas. En concreto, se ha dividido la ciudad en tus ámbitos diferenciados: entorno monumental, zona amurallada y resto de ciudad. En cada una de las zonas habrá unas características tratando de preservar la belleza y el atractivo de Astorga.
El texto también regula la instalación, almacenaje y retirada de la terraza, así como limpieza de las instalaciones. Se fija el horario y calendario de las terrazas. Se regula la solicitud de licencias, donde se fijan materiales, colores permitidos. “No tienen por qué ser todas las terrazas iguales”, ha indicado Mar Castro.
Con la ordenanza, que irá a un pleno extraordinario y después se expondrá durante un mes y se abrirá el periodo de alegaciones, se establece un nuevo régimen sancionador y se incluye un plazo de doce meses para que todos los elementos se puedan adaptar a la nueva normativa.
Se ha contado con la implicación del sector, han recordado los dos concejales, conscientes de “Astorga necesita esta regulación y ordenación”.