Para gobernar establecimos un pacto de gobierno, como en otras ocasiones, en aras a obtener una mayoría, imprescindible para poder sacar la tarea diaria y destacados proyectos para los que hemos obtenido importantes subvenciones; la última, aprobada por el Gobierno, relativa a la pasarela de la N-120, de gran monto económico. Esta coalición no llegó hasta el final del mandato, pero sí la gestión que ambos grupos emprendimos. No ha sido tarea fácil, con un Ayuntamiento, de partida, intervenido judicialmente (afortunadamente resuelto al final de forma positiva), con una pandemia durante dos años, y unos concejales en la oposición que no han facilitado la labor, sino que todo su ánimo ha sido dificultarla, incluso en cuestiones esenciales.
He de confesarles que después de ocho años sin responsabilidades en el Ayuntamiento, la gestión municipal se ha complicado enormemente, por nuevas normas surgidas como consecuencia de casos de corrupción y del establecimiento de medidas severas para el control del gasto municipal; asimismo, por la implantación de la administración electrónica. Las llamadas redes sociales, por mí anteriormente totalmente ignoradas, han resultado, sobre todo, dada la aficiónque algunos cultivan en nuestra ciudad, unavispero donde cualquier necio o necia, pasa por sabio o eminencia, y donde la mentira y las ofensas cunden más que el pensamiento reflexivo y la verdad.
Efectivamente,no faltan adeptos de la mentira o la manipulación, de tal suerte, que los medios de comunicación con sus profesionales parecen haber pasado a segundo término en lo que se denomina “formación de la opinión”.
Tristemente para nuestra ciudad, pues dado el éxito que obtienen los aguijoneadores, algunos desde la atrevida ignorancia, otros desde el resentimiento, contra su patrimonio y sus recursos fundamentales al mismo ligados, poco futuro se puede esperar. Solo será la educación, el conocimiento por parte de nuestros niños y adolescentes del patrimonio, historia y sociedad, en los centros docentes, lo que puede salvar a Astorga del agravamiento de situaciones como la que ahora padece en la opinión divulgada.
Este sábado inicia el Municipio una nueva andadura, en razón de las votaciones efectuadas. El grupo conservador ha sido el claro triunfador, hasta tal punto que casi duplica el número de nuestros votos. Se necesita tiempo para comprobar los porqués, que serán complejos, si bien algunas escenas ‘chocantes’, en la noche electoral, durante la celebración de los ganadores con sus invitados, los esperados y aquellos otros batiendo palmas, según vídeos que han sido de conocimiento generalizado, pueden, en parte, explicar el resultado electoral.
Pese a lo abrupto de la legislatura, no ha sido menor la inversión que hemos conseguido para el Ayuntamiento, en ejecución o en tramitación, para un gran cúmulo de obras, destinadas a necesidades básicas en su mayor parte, otras encaminadas a potenciar su futuro patrimonial y turístico. Existen, actualmente, dificultades antes de ver el fin de una obra contratada, desde la licitación, por motivos obvios, dada la crisis y el alza de precios continuamente alterados, pero todas ellas cuentan con su financiación. En realidad, una Corporación en su primer año de mandato, incluso más, si no cuenta de la anterior con obra y proyectos conseguidos, o planificados, su labor es más bien escasa; llamativa puede ser, pero escasa.
Estamos sumamente agradecidos a todo el personal del Ayuntamiento, y de empresas concesionarias, pues en tiempos tan difíciles no han dejado, a nuestro lado, de servir y procurar lo mejor para nuestra ciudad; asimismo, a instituciones, asociaciones y astorganos que han colaborado en acciones que han redundado en el bien y disfrute comunes. Ser elegido con el voto popular siempre supone una dignidad, por ello a cuantos ciudadanos han confiado en nosotros, nuestra gratitud, nuestro reconocimiento, y manifestarles que no abandonaremos nuestros principios, nuestros ideales, nuestro ‘estilo’, nuestra manera de entender la política municipal como un servicio y beneficio hacia la ciudad. Allá donde la vecindad nos coloque, con educación, con respeto, con acciones que no perjudiquen su imagen. Y, sobre todo, con consideración para otros compañeros de Corporación. En suma, algo muy distinto hasta lo ahora por nosotros vivido.
Juan José Alonso Perandones