Exigencias generalistas como el de la rotación que en una provincia como la nuestra con el regadío modernizado más avanzado de España financiado en parte por el estado va en contra de toda lógica. Tanto a nivel de uso de recursos del Estado como por el hecho de que somos deficitarios en la producción de maíz con lo cuál nos avocan a importar de países que no cumplen las reglas de uso de fitosanitarios ni laborales. Exigencias como barbecho en regadío, como la reducción del coeficiente de admisibilidad de pastos, como la rigidez de la normativa de bienestar animal…
Ante la terrible situación que vivimos los agricultores y ganaderos profesionales, que no ha dejado de empeorar, ante la dificultad en la incorporación de las nuevas generaciones y ante la subida generalizada de los costes de producción (luz, pienso, semillas, fitosanitarios, forrajes, fertilizantes, maquinaria, y subida de los demás inputs) y mientras los precios de venta se mantienen congelados o bajando sin que se aplique la legislación de la cadena alimentaria a través de herramientas ágiles para proteger las prácticas abusivas que dominan el mercado, la administración permanece impertérrita.
Toda esta problemática va a suponer una bajada en la producción agrícola y ganadera de alrededor de un 30%. La agricultura y la ganadería sufre además otras inclemencias tales como la fauna salvaje o la no regulación de los cauces por parte de la administración en una flagrante dejación de funciones. Todo ello se agrava con la situación política global actual y con la pertinaz sequía que amenaza la campaña actual.
Nuestros poderes públicos no hacen nada para atajar la situación descrita, sólo nos usan como arma arrojadiza en periodos electorales. Somos los hombres y mujeres profesionales, que vivimos fundamentalmente de nuestras explotaciones, los que más sufrimos esta situación ya que nuestras rentas dependen exclusivamente de nuestra actividad. Queremos ser el motor de nuestros pueblos. Unos pueblos que sufren la brecha existente entre el medio rural y urbano, sufriendo la escasez de servicios públicos y privados.
Basta ya, no podemos consentir esta situación y debemos unirnos para pararla. La Unión de Campesinos pide:
1) No a la rotación del maíz
2) Libertad para sembrar.
3) Eliminación del CAP
4) No al barbecho en regadío.
5) Flexibilización de la normativa del bienestar animal
6) Sentido común en la aplicación de ley de restauración de la Naturaleza