- Con motivo del 25N, la Institución recuerda la importancia de identificar conductas que se asumen como parte natural de la relación y contribuyen a normalizar y perpetuar el ciclo de la violencia
- Cruz Roja acompaña a más de 50.000 mujeres en situación de vulnerabilidad -más de 300 en la provincia de León-, ofreciendo apoyo integral frente a las múltiples formas de violencia
Con motivo del Día Internacional contra la Violencia hacia las Mujeres, que se conmemora el 25 de noviembre, Cruz Roja y Cruz Roja Juventud presentan la campaña ‘Esto no es normal’, centrada en visibilizar una de las formas más normalizadas de violencia de género: la violencia sexual en el ámbito de la pareja, especialmente entre personas jóvenes y adolescentes.
Esta nueva campaña, que se difundirá principalmente a través de acciones en calle y en redes sociales, pone el foco en la violencia sexual dentro de la pareja y en el consentimiento condicionado: conductas como la presión para mantener relaciones sexuales, el chantaje emocional o la invasión de la intimidad digital, a menudo se disfrazan de “pruebas de amor” y no son identificadas como violencia.
Esta falta de conciencia perpetúa el ciclo de abuso y dificulta la detección temprana. Y pone encima de la mesa un dato escalofriante: 736 millones de mujeres en el mundo (casi una de cada tres) han sido víctimas de violencia física o sexual por parte de su pareja; de violencia sexual fuera de la pareja o de ambas al menos una vez en su vida, según un estudio reciente de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Más allá de la sensibilización
Además de acciones de sensibilización, Cruz Roja realiza un trabajo directo, acompañando a más de 50.000 mujeres en situación de vulnerabilidad, más de 300 en la provincia de León, a las que ofrece un apoyo integral frente a las múltiples formas de violencia que pueden afectar a sus vidas y a las de sus familiares.
Entre otras acciones, Cruz Roja ofrece apoyo en el proceso de recuperación de las mujeres y de sus hijos e hijas, mediante la atención urgente, en la que se incluye la asistencia social, jurídica y psicológica. Además, se facilitan espacios de acogida temporal para la protección, recuperación y el logro de autonomía personal de las mujeres víctimas de violencia o que se encuentran en otras situaciones de dificultad social.
Por otra parte, Cruz Roja trabaja para apoyar en el fortalecimiento de las capacidades de las mujeres logrando no sólo recuperarse de esa situación, sino además superarla y alcanzar su autonomía personal, mediante acciones de orientación, información, acompañamiento y formación, impulsando acciones que favorezcan la relación, asociacionismo y ayuda mutua entre mujeres.
También se favorecen los vínculos del núcleo familiar, especialmente entre madres e hijos e hijas expuestos a situaciones de violencia, y se realizan acciones de comunicación y sensibilización dirigidas al entorno comunitario, en aspectos fundamentales como la igualdad entre hombres y mujeres, la lucha contra la violencia por razón de género, y en aspectos relativos a igualdad, lucha contra las distintas formas de violencia y discriminación.
La violencia sexual en el ámbito de la pareja
La violencia contra las mujeres, especialmente la ejercida por parejas o exparejas, así como la violencia sexual, constituye una de las manifestaciones más graves de la desigualdad de género y una violación de los derechos humanos. Sin embargo, la violencia física y sexual es solo la punta del iceberg de un ciclo de abuso que comienza con formas más sutiles y menos visibles.
La violencia contra las mujeres no siempre se manifiesta de forma evidente como agresiones físicas o asesinatos. En muchos casos, comienza con acciones más normalizadas, como micromachismos, manipulaciones psicológicas, control excesivo, aislamiento o descalificaciones constantes. Aunque estas conductas puedan parecer inofensivas, son la antesala de abusos más graves. Identificar y detener estas señales tempranas, educando a la sociedad con acciones informativas y de sensibilización, son claves para prevenir la escalada de la violencia.
Abordar el tema desde edades tempranas permite construir relaciones afectivas basadas en el respeto, la igualdad y el consentimiento, previniendo que la violencia sexual se reproduzca en etapas posteriores. La sensibilización es clave para garantizar que adolescentes y jóvenes reconozcan señales de alerta y puedan actuar frente a ellas. Asimismo, hace un llamamiento a la implicación activa de los hombres en la erradicación de la violencia de género, como parte de un compromiso colectivo hacia una sociedad más justa y equitativa.