No obstante desde las comunidades consideran que el mayor problema se encuentra en la no-regulación del río Duerna por parte de la Confederación dejando así olvidada a una zona tradicional de regadío de la provincia.
Fue en 2017, cuando la CHD comenzó a imponer sanciones por el uso del agua sin concesión, limitando en ocasiones el uso de la misma y descuidando así a los agricultores de la zona.
Para conseguir llegar lejos con sus peticiones, las diferentes comunidades de regantes de la zona se han agrupado formando el Sindicato Central de la Valduerna, el cual se encuentra en un estado avanzado para su publicación oficial. Forman parte de el todos los pueblos de la zona de la Valduerna, en los dos márgenes del río. Fernando Vilariño, de la empresa de ingeniería Provilacor encargada de legalizar el aprovechamiento del agua en esta comarca, ha dicho que la constitución de este Sindicato es algo muy importante de cara al futuro.
A estas peticiones también se ha sumado ASAJA que exige que el nuevo plan hidrológico de la Confederación contemple una solución a los regadíos de la Valduerna.
Alfonso Valderrey, el presidente de la comunidad de regantes de Destriana de la Valduerna, ha enfatizado en que la raíz del problema se encuentra en que el río Duerna no está regulado. Además, ha añadido que este problema no se soluciona porque las administraciones públicas llevan sin invertir dinero en la Valduerna 50 años.
Vilariño ha añadido que el problema en la Valduerna es decidir quién corre con los gastos de las comunidades de regantes porque los comuneros tienen que ser los propietarios y los agricultores en activo son los más interesados en que este proceso de legalización del agua culmine satisfactoriamente.