Astorga y La Bañeza continúan avanzando en su compromiso con el reciclaje, según los últimos datos publicados por Ecoembes sobre la recogida de residuos domésticos en 2024. Aunque ambas localidades han mejorado o mantenido sus niveles de recogida selectiva, el porcentaje de residuos impropios depositados en el contenedor amarillo supera el 20% en ambos casos.

Astorga: mejora notable en papel y envases

En Astorga, los datos reflejan un aumento en la recogida de envases ligeros (plásticos, latas y briks), que pasa de 12,6 kg por habitante en 2023 a 13,8 kg en 2024. También sube la recogida de papel y cartón, que alcanza los 24 kg por habitante, frente a los 22 kg del año anterior.

La ciudad mantiene su red de 176 contenedores amarillos y 176 contenedores azules, repartidos en su totalidad entre sistemas de carga lateral (132) y superior (44). No obstante, el porcentaje de impropios en el contenedor amarillo se sitúa en el 21,7%, una cifra que indica que uno de cada cinco residuos depositados no corresponde a ese contenedor.

La Bañeza: cifras estables

En La Bañeza, los datos se mantienen prácticamente constantes respecto al año anterior. La recogida de envases ligeros es de 9,7 kg por habitante, apenas dos décimas menos que en 2023 (9,9 kg), y la de papel y cartón permanece en 15,4 kg/habitante.

La red de contenedores está compuesta por 30 amarillos y 40 azules, todos ellos con sistema de carga lateral. El índice de impropios se sitúa en el 20,4%, una cifra ligeramente mejor que la de Astorga, pero que aún evidencia la necesidad de reforzar la educación ambiental.

Un esfuerzo colectivo que se refleja en los datos nacionales

A nivel estatal, Ecoembes ha coordinado en 2024 el reciclaje de 1.560.404 toneladas de envases domésticos, un 5,4% más que el año anterior. De ese total, el 76,3% provino de la recogida separada realizada por los ciudadanos, a través de los más de 671.000 contenedores distribuidos por todo el país.

Gracias a esta labor, se evitó el uso de más de 1,5 millones de toneladas de materias primas vírgenes y se dio una segunda vida a los envases en forma de nuevos productos, desde mobiliario urbano hasta prendas textiles.