El pasado viernes 8 de abril de 2022 se celebró sesión delConsejo del Agua de la Demarcación del Duero en el que se sometió a aprobación el Informe preceptivo de la Propuesta de Proyecto de Plan Hidrológico de la Parte Española de la Demarcación Hidrográfica del Duero (2022-2027), que fue rechazado por 42 votos en contra frente a 34 a favor y en el que los regantes dieron el NO al mismo, rompiendo la tendencia de las votaciones anteriores.
Con respecto a esto tenemos que manifestar que la colaboración de las Comunidades de Regantes, Juntas Centrales de Usuarios y Asociaciones de Comunidades de Regantes con la Confederación Hidrográfica del Duero ha sido total y ejemplar a lo largo de todos estos años buscando un beneficio común, que no es otro que la satisfacción de las demandas y el respeto al medio ambiente. Una prueba irrefutable de ello es nuestro voto favorable a los 3 Planes Hidrológicos de Demarcación anteriores: el primero, aprobado por el Real Decreto 1664/1998, de 24 de julio, al que se dio el visto bueno en el Consejo del Agua de la Cuenca de 2 de marzo de 1995; el segundo, aprobado por Real Decreto 478/2013, de 21 de junio, al que se dio el visto bueno en el Consejo del Agua de la Demarcación de 19 de diciembre de 2012; y el tercero, aprobado por Real Decreto 1/2016, de 8 de enero, al que se dio el visto bueno en el Consejo del Agua de la Demarcación en septiembre de 2015, así como en el Consejo Nacional del Agua de 30 de septiembre de 2015. Sin embargo, no encontramos la misma colaboración por parte del Organismo de Cuenca, ni a la hora de elaborar las normativas que van a regular nuestro funcionamiento, ni en la resolución diligente y efectiva de los problemas del día a día que sufren las Comunidades.
En el caso que nos ocupa nuestra oposición ha estado basada en 2 dos razones:
1.- Consideramos que si bien se han producido avances con respecto a las versiones anteriores del Plan, sobre todo como consecuencia de los movimientos del sector agrario, no se han tenido en cuenta la mayoría de nuestras propuestas plasmadas en las más de las 1.000 alegaciones presentadas por todos los colectivos que agrupan a los regantes y por ellos mismos en particular: su marcado carácter ambientalista dejando a un lado la satisfacción de las demandas, el que no se comprometa a determinar los orígenes de la contaminación difusa y realizar las investigaciones necesarias para reducirla e, incluso, eliminarla, que se sigan manteniendo los caudales ecológicos máximos, que las Comunidades que no tienen firmadas encomiendas y convenios de modernización no vislumbran posibilidades de ejecución de obras al menos a corto y medio plazo, que no se atienden todas las peticiones deincrementos de regulación y las que figuran ahora ya estaban en el plan anterior y sigue sin redactarse ni una sola coma de los proyectos (valga como ejemplo las Balsas de La Rial y Los Morales, con una Declaración de Impacto Ambiental positiva desde mayo de 2018), hay muchos ajustes de hectáreas y dotaciones a la baja para intentar demostrar que se cumplen las necesidades, se recortan superficies previstas, no estamos de acuerdo en la forma de calcular las dotaciones futuras y de que no se unifiquen por Sistemas de Explotación y queremos que se cierre definitivamente la amenaza continua de modificación del régimen económico financiero en lo que pueda afectar a los usuarios regantes y que se reconozca de forma clara y rotunda que ya recuperamos los costes que tenemos que recuperar en base a nuestras circunstancias climáticas, territoriales, económicas y sociales.
2.- La credibilidad de la Administración Hidráulica en general y de la Confederación Hidrográfica del Duero en particular, la tenemos que poner en entredicho por dos cuestiones fundamentales: la primera es que en el día a día la administración, una cosa es lo que firma y lo que propone y otra cosa es lo que ejecuta o lo que hace; la segunda es que en el caso del Organismo de Cuenca se han firmado convenios, como el de recaudación, solicitado múltiples colaboraciones con esta administración, ha habido compromisos surgidos en varias reuniones o pedido apoyo y solución de numerosos problemas que afectan a las Comunidades y a pesar de las buenas palabras nunca ha habido resultado positivo alguno, eternizándose los expedientes en el tiempo, llegando en muchos casos a una judicialización de toda la actividad administrativa con dichaadministración.
Estas han sido las razones de nuestro no, pero tenemos que decir que no nos sentimos cómodos en esta situación de ruptura y confrontación, sino que lo que deseamos es que haya diálogo y colaboración en el que todas las partes busquen puntos de encuentro y acuerdos tal y como ha ocurrido con los planes anteriores. Y eso es lo que ofrecemos a la Confederación, a la Dirección General del Agua y al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico. Apelamos a su sensibilidad y empatía hacia las gentes que han apostado por quedarse en el territorio, los auténticos actores del reto demográfico, que quieren seguir viviendo de su actividad en un franco equilibrio entre la sostenibilidad económica y la ambiental. No nos parece razonable que las personas que legislan no tengan en cuenta a los que sufren las consecuencias, mientras que a ellos no les afectan esas decisiones, por lo que nos hacemos una pregunta ¿es esa la transición justa?.