Los vecinos del municipio de Lucillo llevan más de diez días los estragos de estar “desconectados”. Literalmente, como denuncia el alcalde, Pedro de Cabo, quien ha alzado la voz para subrayar que desde el 21 de junio los lugareños, en su mayoría gente mayor, no tiene teléfono ni internet y todo eso condiciona la teleasistencia, que no funciona, y la prestación médica en el consultorio porque “no se puede acceder a los historiales ni a las recetas, tampoco dar altas ni bajas”, dice el regidor quien añade que “tampoco tenemos siempre al mismo médico por lo que no se puede tratar a los pacientes sin mirar el historial porque un día viene uno, otro día otro… y no conoce a los antecedentes de los enfermos…”. A ello se añade que tras la pandemia el facultativo sólo pasa dos veces a la semana para los siete pueblos del municipio.
De Cabo asegura que hay mucho malestar entre los vecinos y explica que en el Ayuntamiento hay unas hojas de reclamaciones que, una vez completadas, se mandarán a la Diputación y a las empresas que tienen que solucionar los problemas con el teléfono y con internet. “Hemos llamado muchas veces en estos días pero dicen que hay una incidencia y no arreglan más”, denuncia el alcalde, que urge soluciones sobre todo para que las personas mayores puedan llamar, hacer uso de la teleasistencia y que haya conexión en el consultorio para poder atender a los vecinos. “Son cosas básicas y lógicas”, dice De Cabo, cansado de que los vecinos de los pueblos sean “siempre ciudadanos de segunda”.