La magistrada de la Audiencia Nacional María Tardón ha propuesto juzgar a once investigados por un macrofraude en la venta de carne caballo en mal estado que llegaron a exportar a otros países como Bélgica o Italia.
Unos hechos que la jueza considera que podrían constituir varios delitos contra la salud pública, otro de falsedad y otro de grupo criminal, como así plasma en un auto, en el que da paso a la Fiscalía y al resto de partes para que soliciten la apertura de juicio y formulen su escrito de acusación, o pidan el archivo en caso de las defensas.
Los hechos se remontan, al menos, a octubre de 2016, momento en el que los investigados habrían empezado a introducir en el mercado carne de caballo no apta para consumo humano, evitando su trazabilidad y control sanitario. La base de operaciones se encontraba en dos mataderos de las localidades leonesas de Astorga y Toreno.
Esa carne procedía, explica la jueza, de caballos de los que no se disponía documentación o que ésta evidenciaba que su carne no era apta para el consumo humano y que se “blanqueaba” con certificados de otros animales, algunos incluso muertos.
Otros ejemplares directamente se sacrificaban y “entraban en la cadena alimentaria humana” sin ser válidos para ello, añade el auto.
Para lograrlo “era indispensable” el acuerdo entre “los entradores” de ganado en los mataderos, los responsables de los mismos y el veterinario oficial, y la forma en la que se cree que operaban solía pasar por no introducir los datos de los animales en el sistema o directamente falsificarlos.
Según la jueza, Fasen habría dado instrucciones para la adquisición de los equinos, cuya carne no era apta para consumo humano, y habría establecido, junto con otra acusada, una línea de comercio conjunta con los mataderos de Astorga y Toreno “aceptando todo tipo de carne” para introducirla en el mercado.