Desde los orígenes del cristianismo, la conservación, exposición y traslado de hostias consagradas ha generado una amplia variedad de piezas elaboradas con exquisito cuidado y ricos materiales. El hostiario o píxide servía para custodiar y reservar la Eucaristía Consagrada para su culto y para llevar la comunión a enfermos e impedidos.
Este notable ejemplar zamorano presenta un cuerpo cilíndrico muy desarrollado decorado con franjas entrelazadas lisas incisas y finos tallos. El borde superior presenta un fino cordón de bolitas y el inferior completamente liso.
La base, de dos cuerpos escalonados, resuelve el primero con un calado cruciforme y el segundo con una moldura cóncava lisa. La tapa cónica gallonada de perfil convexo decorada con formas geométricas, arranca con una ornamentación de crestería de cardina y se remata con una bola lisa sobre la que se yergue el Crucifijo, de terminaciones trilobuladas. Desde un punto de vista simbólico, el Crucificado refuerza el sentido de sacrificio de la Eucaristía.
El Palacio de Gaudí abre de lunes a domingo en horario de 10:30 a 14:00 horas y por las tardes de 16:00 a 18:30 horas. La pieza se expone en la segunda planta del Palacio y será movida a finales de mes donde se quedará expuesta hasta finales de año, con el resto de las obras destacadas.