Este domingo fue un día para recordar en el Ayuntamiento de Valderrey. Un día que quedará siempre en la memoria y corazones de todos los que formamos este ayuntamiento.
Una preciosa tarde, cargada de sol, acompañó la misa de campaña que tuvimos entre encinas, presidida por nuestro párroco Víctor Murias.
La familia de nuestro querido Julio, presente en el acto, junto con decenas y decenas de vecinos de todos los pueblos del ayuntamiento, equipo de gobierno, corporación municipal, personal del ayuntamiento y varios presidentes de nuestros pueblos, quisieron celebrar y sonreír juntos en una tarde de las que a él le hubiese encantado, cargada de símbolos, palabras, música y emoción.
Fue una celebración emotiva, donde Noelia Rodríguez, teniente de alcalde, destacó “hoy estamos aquí para recordar a un santo. Y es que santos como él no hace falta que estén en los altares, sino que incluso desde el cielo, nos siguen guiando en el camino y nos recuerdan que la humanidad está siempre ligada a la unión entre las personas. Y eso celebramos hoy, mirando al cielo, hacia él. La vida de Julio hecha entrega por los demás a luz del evangelio. Y es que no hace falta ser canonizado, ni aparecer en los calendarios litúrgicos ni libros de historia para saber que él fue un santo entre todos nosotros.”
No faltaron las palabras de Gaspar Cuervo, alcalde del ayuntamiento. Palabras llenas de emoción y agradecimiento a la familia en la entrega de la placa y pergamino que lo nombran oficialmente hijo adoptivo y así se recoge en el libro de distinciones y honores del Ayuntamiento de Valderrey.
También sus sobrinos quisieron dar las gracias por tanto cariño recibido hacia su Tío Julio, único, multiplicaba el tiempo y siempre se entregaba en todo cuanto hacia.
Desde el Ayuntamiento queremos dar las gracias a todos los que quisisteis estar presentes y juntos pudimos compartir mesa, conversación y emoción en esta tarde.
Julio, un abrazo al cielo.