Se trata de un pequeño ejemplo de la dilatada obra del pintor portugués residente en Fabero Francisco Capelas. El autor nos presenta algunas de sus obras en carboncillo que tienen como protagonista principal la figura del minero. La muestra incluye, entre otras obras, una serie de retratos que nos presentan personajes reales en situaciones cotidianas, algunos de los cuales fueron compañeros del propio pintor durante sus años como trabajador en la mina. Otras pinturas acercan al espectador a los mineros centrando su atención en objetos habituales de su indumentaria tales como las botas, muy presentes en la obra de Capelas, que parecen hablar por sí mismas de la dureza del trabajo desarrollado por esos hombres bajo tierra extrayendo el mineral.
“MINEROS” es la primera de una serie de actividades relacionadas con la minería que la Asociación pretende organizar para dar protagonismo a ese arte de extraer carbón que ha forjado la personalidad de nuestros pueblos y la idiosincrasia de sus gentes. Con este objetivo, Vía Nova trabaja en la organización de un variado programa de actividades, así como en otro tipo de proyectos, entre los que destaca la instalación en el Parque de Santa Bárbara de La Silva de una escultura homenaje a las mujeres mineras.
La Junta Directiva agradece a Francisco Capelas su generosidad al compartir desinteresadamente con nosotros un pedacito de su obra. Igualmente hace pública su gratitud a la Junta Vecinal de La Silva y al socio y párroco, Isaac Núñez García, por su apoyo incondicional a la propuesta de instalar la exposición en la Iglesia parroquial, idea que asimismo acogieron con entusiasmo y gran interés las vecinas del pueblo, motivo por el que la Asociación quiere dedicarles una mención especial.
FRANCISCO CAPELAS es un pintor autodidacta de origen portugués que reside en Fabero desde hace años. Después de trabajar durante más de dos décadas como minero, se jubiló y comenzó a dedicar su tiempo libre a la pintura, a la que se aficionó a partir de su ingreso en el Seminario Arquiepiscopal de Luanda (Angola). “Yo acudía en mis ratos libres a ver pintar a un sacerdote, y me encantaba”, recuerda el artista. “Pintaba muy bien… no me cansaba de contemplar sus cuadros. Yo quería pintar como él”, añade.
Capelas ha cumplido su sueño y en la actualidad se dedica de lleno a lo que más le gusta: pintar paisajes, retratos, murales… Si bien el artista no puede ocultar su preferencia por el carboncillo, emplea también otras técnicas, como la de la pintura al óleo.
En sus carboncillos ha logrado, sin duda, plasmar la “oscuridad” del trabajo en la mina, demostrando un gran dominio de la composición tonal.
Sus demostradas cualidades como pintor a lo largo de su ya vasta trayectoria lo convierten en un artista con un reconocido prestigio.